"Antes me exaltaba con facilidad cuando mis hijos no me hacían caso. los gritaba y en algunas ocasiones acudía a los golpes. Ahora, usando el modelo Triple P, se nota el cambio, el castigo físico ya no es necesario, usando únicamente el diálogo. Los niños nacen sin saber, los padres somos los responsables de su educación (…) quienes les damos órdenes, los malcriamos o los volvemos groseros”, señala Viviana Ramírez, una de las madres que se han beneficiado de esta iniciativa en Girón.
Liderada por la Gobernación de Santander, a través de la Secretaría de Salud Departamental y la Oficina de la Gestora Social, con apoyo de la Universidad Industrial de Santander, UIS, la estrategia Santander Positivo contempla la orientación a madres gestantes y sus familias durante el embarazo, el parto y los primeros meses del recién nacido, así como el acompañamiento a padres, madres y cuidadores de niños y niñas hasta los 12 años, para prevenir y tratar problemas cotidianos de crianza.
Laura Rodríguez, directora de Investigación y Extensión de la Facultad de Salud de la UIS y Coordinadora Técnica de Santander Positivo, destaca que uno de los logros de esta estrategia ha sido el de empoderar a los padres y madres, y que se están atreviendo cada vez más a pedir ayuda para la crianza de sus hijos e hijas.
“Desde que diseñamos la estrategia Santander Positivo, empezamos a tener contacto con personas de sectores como educación, salud, desarrollo social, y nos dimos cuenta que la crianza era un tema de interés común, aunque no se había visibilizado de esa manera, porque cada sector lo trabajaba con familias desde una actividad diferente –dice–. Al iniciar la implementación del componente de crianza positiva, adaptando el sistema Triple P, comenzamos a ver que el tema de crianza también era de interés para los padres, pero que no era parte de la rutina ni de la cultura pedir apoyo, porque sencillamente no se contaba con programas dirigidos a padres, madres y cuidadores, que fuera específico para abordar la crianza de una manera integral”.
La profesional agrega que “en el proceso de implementación, que ya completa un año, vemos que los padres comienzan a hablar de crianza como un tema de familia y que no ven como raro que se necesite ayuda. Todavía hay quienes son muy tímidos para hacer preguntas y compartir sus dudas en público, pero creemos que en la medida que se vaya desarrollando más la estrategia, el tema de crianza va a ser más común entre la gente y poco a poco se va a perder el miedo a hablar de problemas de crianza y a pedir ayuda”.
Y así, gracias al dedicado compromiso de Laura y su equipo, vamos viendo cómo se va normalizando el pedir ayuda para la crianza. ¡Felicitaciones por sus logros!