También para situaciones más complejas como manejo de la agresividad, uso de drogas o sexualidad en la adolescencia. Pero no todos los padres necesitan, quieren o pueden acceder al mismo tipo de apoyo.
Algunos preferirán ir a terapia, otros optarán por preguntarle a un amigo o por asistir a una charla en la escuela de sus hijos. Otros padres solo querrán orientación por teléfono o vía electrónica para manejar mejor sus tiempos. Y otros optarán por asistir a un taller y compartir con más padres y así, distintas opciones.
Cuando se trata de apoyar a los padres, todas las opciones son bienvenidas, variedad de horarios y modalidades para poder adaptarse a las necesidades y posibilidades de participación de quienes ya están ejecutando un rol suficientemente complejo. La idea es que los padres pueden acceder a apoyo a la crianza de manera fácil, desde todos los lugares donde están, en la mínima intensidad que requieran, para producir cambios significativos.
Ofrecer distintas opciones, de variado nivel de intensidad y desde diferentes servicios, es lo que se llama un enfoque poblacional o universal de apoyo para la crianza. En eso se basa el Sistema Triple P que, por una parte, cuenta con distintos tipos de metodologías para prestar apoyo de diversas modalidades, desde distintos servicios y, por otra, cuenta con metodologías estructuradas, manualizadas, que pueden ser rápidamente escaladas (capacitar a un grupo importante de facilitadores) para poder llegar a una gran cantidad de población.
Si queremos garantizar que todos los padres puedan recibir la intensidad de apoyo que requieran, lo más pronto posible y de manera que les sea útil y funcional, son bienvenidas todas las opciones adicionales. La invitación está abierta a colaborar en el propósito de lograr que una de las tareas que más impacto tiene en la vida de las personas y en la sociedad como lo es la crianza, sea apoyada y visibilizada.