En Chile, un 70% de niñas y niños aseguran ser maltratados física o psicológicamente por quienes los cuidan. ¿Por qué ocurre esto? Son varios los factores, pero muchas veces como cuidadores no sabemos cómo abordar los desafíos cotidianos de crianza, perdemos la paciencia o repetimos lo que vimos hacer a nuestros padres, recurriendo a gritos, críticas, amenazas o golpes.
Desde Triple P, Programa de Parentalidad Positiva, llevamos 7 años trabajando en Chile con profesionales de distintos servicios que trabajan directamente con padres y cuidadores para apoyarlos de manera efectiva en la crianza de niñas, niños y adolescentes.
En estos años de trabajo con familias y comunidades, hemos visto con asombro la falta de una inversión rigurosa en la implementación de planes nacionales o locales de prevención del maltrato o -poniéndolo en positivo- en planes de promoción del buen trato. Planes efectivos, que logren cambiar el cómo estamos criando a nuestros niños. Planes con enfoque de salud pública y acceso universal, donde las familias y cuidadores no tengan que llegar a estos extremos de maltrato para entrar a algún tipo de registro para tener acceso a un programa de intervención y donde todos –sin importar proveniencia, ni estrato económico- puedan acceder de manera temprana y oportuna a un apoyo para la crianza de calidad y acorde a su realidad.
Un plan de acceso universal para el apoyo a la crianza no significa dejar de lado a familias que necesitan apoyo más intensivo, o dejar de preocuparnos por los niños y niñas a quienes sus familias no pudieron cuidar, sino proveer también de alternativas a quienes aún no requieren apoyo especializado para que, idealmente, nunca lleguen a necesitarlo.
Invertir en estos programas tiene efectos positivos en toda la comunidad. No podemos perder de vista que, tal como sostiene la Organización Mundial de Salud, el maltrato infantil causa alteraciones en la salud mental y física; daños que perduran toda la vida y que pueden traer consecuencias en la vida adulta, incluso afectando el desarrollo económico y social de un país.
Sin embargo, el impacto de implementar iniciativas de este tipo no solo se ve en el presente y futuro de estos niños, sino también en el de sus padres, vecinos, parientes y en sus lugares de trabajo.
Es de esperar que el nuevo gobierno ponga el foco en estas temáticas tan importantes y se constituya como un Estado que realmente vele por el bienestar social. Esperamos que puedan elaborar un sistema robusto de apoyo para la crianza, al que todas las familias puedan acceder lo más tempranamente posible, desde diferentes servicios públicos como los sistemas de atención médica, centros comunitarios, escuelas, servicios sociales, entre otros. Así podremos cambiar significativamente la forma en que estamos criando a nuestros niños y niñas, naturalizar el pedir ayuda en materia de crianza y lograr un mayor impacto a nivel nacional.
*Columna de opinión de Francisca Puga, directora ejecutiva de Triple P Latam, publicada en El Mostrador el sábado 17 de marzo de 2018.