En este contexto y ante el escenario que deben enfrentar aquellas mujeres que son madres al salir de la cárcel, es que el equipo de la Fundación (compuesto por 5 profesionales) decidió capacitarse en Triple P de manera de adquirir herramientas concretas que sirvieran para apoyar este proceso: “Como equipo habíamos observado que cuando las mujeres se reincorporan a su grupo familiar evidencian diversos problemas en el vínculo con sus hijos e hijas. El estar privadas de libertad las distancia de su rol materno, el cual, por lo general, es ocupado por algún integrante de su familia. Cuando regresan a retomar su rol, se encuentran con una nueva realidad, los niños han crecido y se sienten fuera de su rol”, sostiene Giovanna Pareschi, Directora Social de la Fundación.

A través de Triple P, las monitoras trabajan con las madres técnicas de manejo de conductas problemáticas, las emociones y las relaciones con sus hijos e hijas de manera de evitar la violencia y potenciar el buen trato; apoyo en la revinculación gradual con sus hijos, así como nuevas formas para demostrar afecto.

De acuerdo a las profesionales este primer piloto ha tenido una muy buena acogida en las mujeres que participan de estos talleres, “Triple P permite a las madres manejar el estrés parental, que podría llegar a ser un obstaculizador a la hora de la revinculación a la familia” dice Solange Krause, psicóloga de Fundación Mujer Levántate.

Asimismo, Paola Mardones, técnico social de la organización afirma que “Entregar estas herramientas a los padres, favorece que las y los niños crezcan bien adaptados y alejados de espacios que promuevan el delito”.