La semana pasada, 17 profesionales del Ministerio de Infancia Temprana y de Centros Regionales de Educación Comunitaria (ECCE) asistieron a entrenamientos Triple P en la oficina central de Triple P Internacional, ubicada en Brisbane, Australia, regresando a sus hogares como facilitadores acreditados en Triple P.
Representan a centros de Sumatra del Norte, Java Central, Java del Este, Sulawesi Sur, Kalimantan Sur, Nusa Tenggara Oeste y Papúa, así como a la Oficina de Recursos Legales y Humanos de Jakarta.
Los centros ECCE ofrecerán la Serie de Seminarios Triple P, en idioma indonesio, para padres en dos grupos etarios relacionados – para padres de niños (as) hasta seis años, y para padres de educación primaria (6 – 12 años).
Aniek Sugyanti, quien será la coordinadora local de programa piloto de Triple P, señala que, aunque los programas para padres no son nuevos en Indonesia, la mirada de Triple P es diferente en el sentido que empodera a los padres para resolver problemas en forma independiente.
“Una de las nuevas estrategias que aprendimos de Triple P es la autorregulación, que no es usual en Indonesia”, señala Sugyanti.
“Cuando los padres tienen problemas con sus hijos en Indonesia, les entregamos las soluciones. Aquí, con Triple P, es muy diferente porque los padres llegan a las soluciones por sí mismos. El facilitador les entrega sugerencias”.
El enfoque (approach) Triple P de autorregulación es considerado una fortaleza clave del programa, fomentando la autosusiciencia al otorgar a los padres la confianza para elegir y adaptar las estrategias Triple P que mejor se adapten a la variedad de situaciones que enfrentan, sin tener que contar con un apoyo permanente.
A comienzos de este año, los resultados de un estudio aleatorio sobre los efectos de los seminarios Triple P con padres indonesios fue publicado en Child Psychiatry and Human Development.
El estudio, que involucró a 143 padres de Surabaya, mostraba que la serie de Seminarios Triple P podía mejorar los problemas de comportamiento de los niños y la confianza de los padres mientras reducía prácticas parentales disfuncionales y el estrés de los padres.
Se trató del primer estudio que demuestra que los programas de parentalidad basados en evidencia pueden ser efectivos y culturalmente aceptados por padres indonesios.