“Dejemos de construir más cárceles y avancemos en programas de prevención”, le respondió una autoridad a Helena Gazalez, cuando presentó la propuesta de entregar apoyo en temas de crianza a personas privadas de libertad en Angol. Al fin se podría poner en marcha un proyecto que proponía por segunda vez, en su calidad de Coordinadora Local de Triple P como parte de la iniciativa de Chile Crece Contigo. “Siempre tuve en mente llevar programas de desarrollo a los Centros de Detención Preventiva (CDP)”, cuenta. Hoy, son más de 20 las y los internos que han podido acceder al beneficio en la comuna. “Ellos mantienen el contacto con sus hijos e hijas y su mayor interés es ser mejores padres, porque no quieren que sus niños sigan su ejemplo ni cometan sus mismos errores”.
Estando a cargo de la coordinación del Programa Apoyo a la Crianza, entre agosto de 2020 y septiembre de 2022, Helena Gazalez diseñó un plan comunal que involucró como institución a Gendarmería CDP Angol. “Le envié un correo a la persona encargada y, como estábamos en medio de las cuarentenas por la pandemia (Covid-19), tuvimos una reunión por Zoom, recibiendo una respuesta no favorable, debido principalmente a los protocolos sanitarios que impedían el ingreso de profesionales al recinto”.
Pero a pesar de esa negativa inicial, Helena continuó con el plan trazado, hasta que logró reunirse con Evelyn Benítez, Coordinadora Técnica en Gendarmería CDP de Angol y con el entonces alcalde subrogante del mismo recinto penitenciario. “Les explicamos el programa nivel por nivel, obteniendo de su parte una muy buena recepción. Todavía recuerdo lo que él me dijo: dejemos de construir más cárceles y avancemos en programas de prevención”, relata.
En la actualidad, 24 personas privadas de libertad han recibido apoyo para la crianza de sus hijos e hijas en el CDP Angol, a través del programa Apoyo a la Crianza, de Chile Crece Contigo. Comenzaron entre “enero y febrero con charlas para 12 personas, pues por protocolo sanitario no se podía reunir a grupos más grandes”, agrega Helena, junto con comentar que tres participantes pidieron continuar con sesiones de atención individual, para profundizar en las estrategias aprendidas. “Puede parecer poco, pero es un buen número para el comienzo de una alianza que se mantendrá en el tiempo”, dice la profesional.
En cuanto a las dificultades que enfrentan estos padres y madres al interior de la cárcel, Helena sostiene que “a veces es triste, porque se pierden fechas importantes con sus hijos e hijas, pero siguen siendo sus padres. Es importante tener en cuenta que, aunque estén privados de libertad, tienen la posibilidad de aprender estrategias de crianza que podrán aplicar en instancias de visitas o cuando salgan y vuelvan a integrarse a la rutina familiar. Pueden ir aprendiendo algún tipo de consejo que recordarán al momento de estar con sus hijos e hijas”.
Además, señala que en general “los participantes mantienen contacto con sus familias y su mayor interés es ser mejores padres, porque no quieren que sus hijos o hijas sigan su ejemplo ni cometan sus mismos errores. También, les llama la atención la diferencia entre la crianza que recibieron de sus cuidadores, muchas veces con golpes y castigos, y la que aprenden a ejercer a través de las estrategias de Triple P”.
Para Helena Gazalez, es muy importante que se aúnen esfuerzos para ofrecer apoyo en temas de crianza en centros penitenciarios. “Yo hice mi práctica profesional en este CDP. Durante ese período, me familiaricé con el sistema y tuve en mente llevar programas orientados a la niñez, porque vi que la delincuencia se convierte en un fenómeno transgeneracional y que, en ese contexto, la prevención se vuelve un factor determinante”.