La Fundación Abrazar, de Argentina, que comenzó a implementar Triple P en la localidad de Jesús María, Córdoba, y Tres de Febrero, Buenos Aires, extendiéndose durante este 2023 a nuevas zonas del país (Ciudad de Buenos Aires y Ciudad de Córdoba), para lo cual se encuentran certificando a más profesionales en metodologías Triple P.
El programa impulsado por Abrazar tiene como objetivo integrarse de manera efectiva en el trabajo territorial junto a los municipios. Como señala Mercedes Sidders, directora ejecutiva, "nuestra intervención se traduce en fortalecer la capacidad del equipo municipal".
De este modo, Fundación Abrazar centra su labor en dos pilares fundamentales: Prevención multiplicadora: haciendo una inversión inicial destinada a que los municipios puedan implementar los talleres de Triple P. Con el respaldo y contribución de los municipios, logramos que el impacto de esta inversión se magnifique, alcanzando hasta siete veces el efecto inicial. Consultoría en métodos ágiles: busca trabajar mano a mano con los municipios para identificar y desarrollar métodos que complementen los talleres de parentalidad positiva. La meta principal es minimizar el castigo físico y psicológico que sufren muchos niños y niñas en Argentina. Es una problemática que, desde nuestro punto de vista, debe ser abordada desde múltiples ángulos.
En los últimos dos años han trabajado con 7 municipios y 5 escuelas en estas dos modalidades y planean continuar sumando aliados el próximo 2024.
La necesidad es muy grande. Desde la Fundación presentaron el alarmante diagnóstico de UNICEF, cuyas estadísticas indican que en Argentina el 35% de niños y niñas son castigados corporalmente y el 7% de forma severa. Para Mercedes, “la buena noticia es que menos del 3% de los cuidadores opinan que la violencia física es necesaria para educar. Esta brecha entre lo que los cuidadores hacen y lo que creen, es una oportunidad para acercarles herramientas de crianza positiva, que les permitan llevar en la vida diaria las cosas de una manera diferente, entendiendo que hay factores de estrés, como fue la pandemia, como ha sido la situación económica. Pensamos en las estrategias que les podemos acercar para que puedan estar menos estresados y más confiados a la hora de ser papás y mamás”, puntualiza.
En este sentido, cuenta que “desde la fundación hicimos una investigación sobre programas de parentalidad positiva y su efectividad. Nos decidimos por Triple P por la cantidad de evaluaciones que tenía, que es un programa basado en evidencia, y también por el hecho de tener una oficina en América Latina, donde el idioma no sea una barrera. Además, Triple P presenta una filosofía de trabajo muy alineada con la nuestra, donde te hace reflexionar constantemente sobre los problemas y posibles soluciones”.
En cuanto a los resultados que han podido visibilizar hasta ahora, Mercedes relata que “vemos a las familias muy contentas. Hay un testimonio de una madre que cuenta que sus hijos le habían preguntado: Mamá, ¿te das cuenta de que ya no nos gritas tanto? Para mí eso simboliza el bienestar familiar. Es toda la familia dándose cuenta. La mamá ve que ya no lo hace y los niños, que su mamá encontró otra manera de relacionarse con ellos”.