El objetivo de esta organización es que estos talentos no se pierdan en el camino por las complejidades de su entorno o el débil acompañamiento profesional en edades tempranas: “Si un niño alcanza su sueño de ser futbolista profesional, el impacto que puede generar en toda la sociedad es inmenso”, sostienen desde la fundación y agregan “queremos que a través de este apoyo estos niños se conviertan en verdaderos ejemplos positivos para los niños, jóvenes y adultos de Chile y el mundo”.
La iniciativa de implementar este primer piloto de Triple P surgió de la necesidad que tienen los padres de estos jóvenes de adquirir habilidades concretas y prácticas para la crianza. Al encontrarse gran parte de estas familias en situaciones vulnerables, la posibilidad de tener un hijo deportista profesional los llena de esperanzas pero también de desafíos e interrogantes acerca de cómo educarlos y apoyarlos en este camino, algunas veces los padres pierdan claridad en su rol, se sienten poco capaces de guiar o poner límites a sus hijos, quienes muchas veces presentan mala conducta o reacciones negativas dentro de sus hogares.
También los padres aseguraron tener problemas con la dinámica familiar que se vuelca entorno a las actividades de estos deportistas, quienes tienen entrenamientos en la semana y partidos durante los fines de semana. En este contexto las familias necesitaban apoyo para reflexionar y organizarse frente a este nuevo escenario y oportunidades, estableciendo los roles que querían tomar y aprendiendo nuevas estrategias para poder criar de forma más efectiva.
Habiendo finalizado la etapa de implementación de Triple P, Alejandra Bustos, facilitadora del programa, aseguró que: “el taller no sólo generó mejores vínculos con los hijos, sino que dotó a los padres de herramientas efectivas para el manejo de conductas difíciles”, además “permitió mejorar las relaciones de pareja de los padres y la relación con el resto de los miembros de las familias, hijos mayores, y menores, teniendo un efecto sistémico y transformando de buena manera las dinámicas familiares desde la parentalidad positiva”.
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