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03 diciembre 2018

Psiquiatra del Hospital Calvo Mackenna cuenta su experiencia implementando Triple P

Valentina Leiva es psiquiatra infantojuvenil del Servicio de Psiquiatría del Hospital Luis Calvo Mackenna, donde trabaja con familias de niños y niñas quienes manifiestan sus dudas en torno a las dificultades frente a los malos comportamiento de sus hijos e hijas, quienes muchas veces tienen una baja tolerancia a la frustración, lo que en ocasiones los lleva a tener comportamientos agresivos, a romper cosas o a agredir verbal y físicamente a sus hermanos, compañeros de curso, entre otros.

En la primera sesión del taller de Triple P, asegura Valentina, los padres ya se dan cuenta que existen estrategias no sólo para manejar la mala conducta sino para prevenirlas, para enseñarles nuevas habilidades a los niños y niñas, para evitar que se sientan frustrados y comienzan a conocer todo un mundo de alternativas que los hace sentirse esperanzados y más tranquilos. “Poner reglas claras o dar instrucciones en calma, son algunas de las estrategias que se les enseñan a los padres y que vienen a acompañar el manejo de la mala conducta”, dice.

Con esta caja de herramientas, los padres se sienten más confiados de poder manejar ciertas situaciones “sienten el deseo de haber conocido antes estas metodologías, el ambiente familiar mejora, los paseos familiares son más tranquilos, ya no gritan tanto en la casa, ellos mismos están menos estresados y eso hace que baje la tensión”, asegura Valentina.

El comportamiento de los niños cambia y no sólo al interior del hogar, sino que las escuelas también reportan un cambio de comportamiento, los abuelos -quienes muchas veces actúan como cuidadores los pequeños- también notan la diferencia.

“Triple P es un complemento indispensable para el manejo de las conductas difíciles de los niños, para los trastornos por déficit atencional; es la herramienta básica para manejar esas situaciones y es fundamental”, sostiene.

La iniciativa de certificarse en las metodologías de Triple P surgió de manera personal y con el objeto de adquirir herramientas para hacer frente a la desesperación de los padres de no saber qué hacer con los niños y la crianza, pero también por querer ayudar a niños y niñas que “bajo una crianza caótica, también se ven muy afectados”.

Es así como Valentina, junto a otra psiquiatra de la institución, Paloma Guerra, decidieron adquirir estos conocimientos para hoy realizar los talleres juntas. Dado los resultados que esta iniciativa ha traído, hay otros profesionales certificándose para poder abarcar a más familias, entre ellos el trabajador social de Salud Mental del Hospital.

Valentina asegura que ha habido un factor muy importante al interior de la institución para lograr que las familias se enteren de la existencia de este programa, que es el trabajo en equipo y la consciencia que tienen el resto de los profesionales que trabajan en el área de Salud Mental acerca de la importancia de apoyar a las familias en materia de crianza.

Esto es posible también por el trabajo previo que tanto Valentina como Paloma realizaron para dar a conocer Triple P entre sus propios colegas. A través de una charla a los funcionarios, explicaron en qué consistía el programa, la evidencia, en qué casos clínicos era útil y cuáles eran los criterios de ingreso para poder aceptar a los pacientes y los mecanismos de derivación. “Lo otro que ha sido importante, son los mismos testimonios que los padres entregan a los profesionales que los atienden en el momento de su control, les cuentan que asistieron a taller y que les ha servido y eso hace que ellos mismos estén más conscientes del éxito”, dice Valentina.