De acuerdo con la investigación, las familias de inmigrantes y ex refugiados enfrentan un sinnúmero de desafíos durante el proceso de reasentamiento y, los que provienen de diversos entornos tanto culturales como lingüísticos, corren mayor peligro de verse desfavorecidos en una serie de indicadores de salud y bienestar psicológico.  

Para las familias de inmigrantes y refugiados, la experiencia de las privaciones post-migración puede contribuir a los resultados psicosociales negativos luego del reasentamiento. Una adaptación deficiente trae consigo una serie de implicaciones mayores, incluyendo una integración comunitaria y una participación económica reducida. Por lo tanto, a medida que el número de inmigrantes continúa ascendiendo, es de suma importancia encontrar medios para promover la participación y el bienestar psicológico de esas familias. Sin embargo, a pesar del aumento del conocimiento respecto al posible impacto de las privaciones de adaptación, existe una escasez de investigaciones que exploran mecanismos que podrían usarse para facilitar las relaciones familiares positivas y ayudar con la adaptación durante el período de asentamiento. 

Los programas de parentalidad basados en evidencia (como Triple P- Programa de Parentalidad Positiva) han demostrado la capacidad de mejorar tanto los resultados de los padres como del niño/a, a través del aumento de la autoeficacia de los padres y el apoyo a la formación de relaciones familiares estables. Además, la aplicabilidad transcultural de estos programas se encuentra bien establecida. Por lo tanto, este cuerpo específico de investigación está examinando  la utilidad percibida de una intervención de parentalidad positiva existente, dirigida a mejorar la adaptación familiar tras el reasentamiento e informar si se requieren adaptaciones culturales y contextuales para aumentar la aplicabilidad del programa.  

En términos más generales, a través de la prestación de una intervención de parentalidad que sea cultural y contextualmente apropiada, se espera que el bienestar y la adaptación de las familias reasentadas puedan ser fomentados y, por extensión, la integración y participación de la comunidad facilitada. 

“Lo mejor de trabajar en este proyecto es ver los cambios positivos en las familias y el aumento de la confianza en los padres. Las familias de inmigrantes pueden correr mayor riesgo de sufrir una ruptura o un conflicto familiar luego de migrar a un nuevo país. Los padres a veces pueden experimentar un conflicto entre las prácticas parentales en su nuevo país, versus cómo pueden haber criado a sus hijos en su país de origen. A menudo los niños inmigrantes se adaptan a la nueva cultura mucho más rápido que sus padres y, estos últimos, pueden verse muy complicados y no saber cómo lidiar con los cambios que están viendo en sus hijos”, explica Kathryn Monty.  

“Triple P es un Programa de Parentalidad basado en evidencia, que se desarrolló en la Universidad de Queensland. Proporciona a los padres un kit de herramientas flexible y adaptable para ser usado en sus propias familias. Así, lo que hemos estado explorando es si Triple P - Programa de Parentalidad Positiva puede ayudar a los padres inmigrantes a adaptarse a la vida en Australia. La Universidad de Queensland realmente me ha ayudado a ser capaz de crear el cambio que quiero ver en el mundo y, debido a la envergadura de la investigación, que se lleva a cabo en el Centro de Parentalidad y Apoyo Familiar, pude asociarme con una de nuestras agencias más grandes de asentamientos, Servicios Comunitarios ACCESS, y recientemente terminamos nuestro piloto. Además, ver el cambio en aquellos padres fue simplemente asombroso, ser capaz de ver personalmente el impacto positivo que puede tener el tomar parte de un programa como Triple P, realmente me ha motivado a seguir adelante y crear un cambio más positivo en el futuro”, concluye. 

El proyecto ha sido destacado en un video, que puedes ver aquí.