Debido al sistema multinivel que lo distingue, y la forma en que el programa en sí promueve la autorregulación y la autosuficiencia en los padres y madres, Triple P puede ser una estrategia costo-efectiva para el presupuesto que lo financie. También puede ser una inversión estratégica en intervención temprana, ahorrando en forma preventiva los costos de otras áreas y de otros presupuestos, incluyendo la salud mental y el bienestar infantil.
¿Por qué es costo-efectivo el programa Triple P?
La autorregulación es uno de los principales dogmas del programa Triple P. Estimula a los padres y madres a establecer sus propias metas y a elegir los tipos de estrategias que van a funcionar con sus familias. De esta manera, se convierten en solucionadores de problemas independientes, que pueden adaptar las estrategias Triple P con confianza, y de esta manera manejar los problemas que enfrentan ahora y en el futuro. Esto disminuye la presión en los organismos y los facilitadores, que no necesitan seguir entregando apoyo clínico a los padres y madres que ya completaron Triple P.
¿Por qué es costo-efectivo el sistema Triple P?
Porque Triple P no es “un modelo único para todos”, ofrece una serie de programas de intensidad creciente. Esto impide el derroche recursos o el manejo ineficaz de los servicios.
Así, un padre o una madre con problemas menores, puede recibir una intervención breve en vez de participar en una intervención más intensiva, diseñada para los padres y madres con problemas complejos. De la misma manera, por ejemplo, los padres y madres con riesgo de maltrato infantil pueden participar de un programa Triple P específico, dirigido a sus necesidades específicas.
Esto permite que una organización que esté invirtiendo en apoyo parental lo haga sabiamente - dedicando los recursos de manera que se evite el derroche.
¿Por qué es costo-efectiva la opción de la implementación universal/poblacional de Triple P?
Es ampliamente aceptado que los programas de calidad, basados en evidencia, pueden impactar en los servicios y los presupuestos que tratan con el crimen y la conducta antisocial, los servicios médicos, la salud mental, vivienda, educación, drogas y alcohol y los servicios sociales infantiles.
Los análisis económicos han demostrado que Triple P puede reducir los costos asociados a los trastornos conductuales, el abuso infantil, los lugares de acogida, proporcionando, a su vez, un retorno significativo de la inversión. (Ver la página Los números, para investigar la relación costos-beneficio de Triple P).